El pasado 27 de junio, la banda americana liderada por Jon Bon Jovi ofreció en Madrid su único concierto en tierras españolas, formando parte de la gira de presentación de su nuevo álbum 'Because We Can'. Un concierto que ha sido muy sonado desde que se anunció. En primer lugar porque no entraba dentro de las previsiones que los americanos visitaran nuestro país. Posteriormente, cuando aconteció el deseado anuncio, nos llevamos la grata sorpresa de encontrar entradas entre 18 y 39 euros de precio. Y finalmente supimos que todo ello había sido posible gracias al propio Bon Jovi, que reveló que había decidido no cobrar por su actuación. ¿Las razones? Según sus propias palabras, no quería dejar fuera de su gira a una afición que siempre le ha recibido con los brazos abiertos. Desde aquí quiero expresar mi más profundo agradecimiento por este gesto tan bonito para con los fans y tan desinteresado. Pocos músicos existen hoy en día que se preocupen tanto por su público.
Debo decir que ha sido la primera vez que he presenciado un concierto en el Calderón y he quedado gratamente sorprendida. Sobre todo por la acústica: el sonido me pareció perfecto. No tengo ninguna mala crítica que hacer al respecto. Mención especial también para la organización: antes, durante y después del concierto todo aconteció con normalidad y fueron amables, cosa desde luego inusual en este tipo de eventos.
Desde mi asiento en el fondo sur, a una altura media, gozaba de una magnífica panorámica frontal del escenario. Lo primero que llama la atención es el decorado, simulando el capó de un Chevrolet típico americano. Más tarde descubriría que encima y a ambos lados había pantallas para que los que estábamos lejos pudiéramos ver todo lo que acontecía sin perder detalle. Impresionantes por cierto los juegos de luces durante todo el show, los técnicos se lucieron todo lo que pudieron y más.
A eso de las ocho y media, aún no se había ocultado el sol cuando hicieron su aparición The Rebels. No me suenan de nada y tras curiosear un poco en Google descubro que son un grupo madrileño que ya ha grabado su primer disco en Los Ángeles. ¿Qué puedo decir sobre ellos? Lo primero que no sé que puede haber impulsado a Bon Jovi a escoger como teloneros a un grupo casi novel que suele tocar ante 200-300 personas, pero de nuevo me inclino ante el cantante por ofrecer este tipo de oportunidades a los músicos emergentes. En cuanto a su sonido, ¿os acordáis de cuando el punk rock era bueno? Pues ellos sí: riffs potentes, estribillos pegadizos, letras refrescantes. A veces me parecía encontrar reminiscencias del primer grunge de los noventa y otras me parecía que los mismísimos Ramones se habían reencarnado en estos tres chavales que meten más ruido (en el buen sentido) que un elefante en una cacharrerría. Una actuación sencilla pero muy digna de elogios.
¿Habéis estado alguna vez en un concierto que empiece a su hora? Yo tampoco. Hasta que llegó Bon Jovi a las diez en punto de la noche, ni un minuto más, se apagaron las luces y sin más aviso ni presentación comenzó a sonar 'That's What The Water Made Me'. Apenas nos recuperamos de la impresión, los de New Jersey atacan con un clásico donde los haya: 'You Give Love a Bad Name'. Nos damos cuenta de que estamos ante un Bon Jovi muy en forma, que agradece el hecho de estar en Madrid como si no hubiera sido cosa suya.
Sigue el show con 'Rise Your Hands' y otro clásico, 'Runaway', durante el cual el público no deja de cantar y animar el ambiente. Después de bajar un poco la intensidad con 'Lost Highway', llegan dos bombazos más: 'Born To Be My Baby' y 'It's My Life', con el consecuente desenfreno generalizado. El estadio vibraba con una pasión solo comparable a la de los grandes encuentros futbolísticos que han presenciado sus gradas. Llegó el momento de presentar el nuevo single, que da nombre a la gira, 'Because We Can'. Debo confesar que no lo había escuchado hasta el momento y me pareció sencillo pero lo suficientemente contundente, con ese estilo tan marca de la casa que han ido desarrollando a lo largo de treinta años. Como parte también de la presentación del álbum 'What About Now?' se escucharon el tema del mismo nombre, igual de digno que el anterior, y 'We Got I Goin' On'.
Llegó entonces el momento de las baladas, primero con '(You Want To) Make A Memory' seguido de un impresionante 'Bed Of Roses' en el que Bon Jovi hizo es esfuerzo de cantar alguno de los estribillos en un español bastante correcto. 'In These Arms' cerró este arco. Se sucedieron después una serie de temas a mi entender bastante aleatorios en su elección y que quizá desconcertaron un poco al público, tales como 'Captain Crush & The Beauty Queen From Mars', 'We Weren't Born To Follow' o 'Who Says You Can't Go Home'. Durante todos ellos pudimos observar que, si bien la voz de Jon Bon Jovi no es la que era (se apoya mucho en coros o en tonos más bajos) sigue dando todo lo que puede. Sigue siendo un maravilloso frontman en el que aún queda algo de ese joven rockero atrevido, descarado y rompecorazones, cosa que queda patente en su forma de moverse en el escenario, sus poses o su forma de conectar con el público.
Con 'I'll Sleep When I'm Dead' y otro clásico de los que no pueden faltar, 'Bad Medicine', se cerraba el concierto a la espera del encore. Si creíamos que lo habíamos visto todo, estábamos muy equivocados. A los pocos minutos, la banda volvió a aparecer. Bon Jovi ya nos había tocado la fibra al ponerse como capa una bandera española durante el último tema, pero le descubrimos para el bis ataviado nada menos que con una camiseta de la Selección Española de fútbol, con su nombre y el número treinta, a la vez que anuncia la victoria por penaltis en el partido de España-Italia. Por si no estaba bastante caldeado el ambiente, tras un 'Love's The Only Rule' de calentamiento, por decirlo así, llega el punto más álgido de la noche: 'Wanted Dead Or Alive', 'Have A Nice Day' y un 'Livin' On A Prayer' que comenzó en acústico suenan una detrás de otra, sin que al público le de tiempo apenas a respirar entre canción y canción. Miles de voces unidas en una sola para corear temas que son ya seña significativa de la historia del rock.
Y cuando ya estábamos convencidos de que la cosa no podía mejorar, los de New Jersey siguen poniendo toda la carne en el asador para que aquello se convierta en el concierto de nuestras vidas. Nos deleitan para ello con un segundo bis, esta vez más calmado, compuesto por la maravillosa 'Always' y poniendo, esta vez sí, el punto final, con 'These Days'. Más de dos horas y media de concierto que quedan ya fijadas en el recuerdo como un show inolvidable. Fantástica la conexión entre Bon Jovi y el público. Se notaba que él estaba disfrutando tanto o más que nosotros, que realmente estaba donde quería estar y lo demostró dándolo absolutamente todo. Si alguien esperaba un concierto flojo por aquello del tocar gratis, se equivocaba mucho en su juicio. Mención aparte para los dos guitarristas que suplieron a la perfección un hueco más que difícil de llenar, el de Richie Sambora, y un David Bryan sublime a los teclados que fue el que más me gustó de todos. En ningún momento apareció en pantalla ni se dijo el nombre del bajista, algo con lo que no concuerdo, pero ese es el único y levísimo punto negativo que le veo a un directo, para mí, de diez.